ColombiaModa 2025

Ni bonita ni maluca, como todas las niñas de mi edad…

Así decía —o más bien me enseñaron a decir— cuando era pequeñita

Era súper tierno, gracioso y, claro, con un fin educativo bastante noble: Que la vanidad no se apoderara de mi inocente infancia y que la modestia y la humildad fueran el pilar de mi formación.
Y aunque hoy me da mucha risa recordarlo, tengo que admitir que esa frase dejó ciertas secuelas en mi adultez. Obvio, mis padres no tienen la culpa de nada (que quede claro ) porque ya a esta edad —pisando los 45— una tiene que asumir cada pendejada emocional que se atraviese en su camino infinito de “sanación” (que, como dice mi sabio padre, muchas veces no es más que falta de oficio y un exceso de mirar el ombligo 😂).
Además, mirarme el ombligo no es lo mío, primero, porque no tengo casi tiempo libre; y segundo, porque cada vez me incomoda más ver cómo el paso del tiempo hace su trabajo gravitacional, mi tatuaje ya no es tan firme y mi ombligo parece reírse de mí cada vez que paso frente al espejo. Pero sí, lo confieso: he caído un poquito en esta onda New Age de analizarlo todo.
Y si hay algo que he descubierto (y que me fastidia de mí misma) es esta falsa modestia que a veces no me deja celebrar mis triunfos. Nos enseñaron por estas tierras sudacas que mostrar orgullo era vanidad, ¡y no joda, tampoco así! Este mundo es de quien se muestra, especialmente si trabajas en moda. O sea, “ Tamos fritos” si seguimos escondiéndonos detrás de esta humildad mal entendida.
Y seamos sinceros: ese exceso de modestia nos hace invisibles, porque si los demás no ven en ti lo que realmente vales, ¿cómo van a creer en tu trabajo? Y más en este mundo hipercompetitivo, no se trata de sentirse “igual a todas las niñas de tu edad”, sino de mostrar —sin culpa— en qué eres realmente bueno.
Y ahí viene mi otra gran lección: durante años fui “ahí”. Como decía mi amiga la doctora Juguetes ( Pili ) sobre mi perrito el buen Juan Coco: “Es un perrito ahí”, ni bonito ni feo, ni grande ni chiquito , ni bravo ni mansito. Pues así mismo yo: bonita, pero no tanto como para monetizar esas curvas semi costeñas que a mis 15 robaban más de una ojeada; buena bailarina, pero no lo suficiente para lograr estar en los grupos navideños de moda de esa época que lanzaron varios grandes artistas actuales al estrellato; afinadita, pero no tanto como para haber sido la Shakira parte 2. Pasé convocatorias, castings y concursos que casi nadie pasaba, pero sin la fuerza para saltar al siguiente nivel. En resumen: buena, pero no espectacular.

Y no les voy a mentir: he dejado pasar oportunidades increíbles por miedo a destacar, por no “molestar” con mis triunfos. Pero gracias a algunos golpes y fracasos de la vida se me hizo muy claro: Esto lo tengo que sanar!!! Y hoy sé quién soy, con lo bueno y con lo malo. Se qué puedo mejorar y —lo más importante— que es a lo que va este escrito – en qué soy realmente buena.
Y no, no pienso volver a esconderlo.
Porque está bien decir a viva voz que bailo espectacular! , canto lindo! , soy divertida! , creativa! , trabajadora! , empática! , solidaria! , disciplinada! y, además, tengo unos perritos más lindos y juiciosos que los tuyos 😜. Que mi experiencia vale, que mi esfuerzo se nota y, sobre todo, que sí! , soy más bonita que muchas niñas de mi edad….

PD 1: Si esto te incomodó y te parezco creída… probablemente tú también tengas algo que sanar. 😏✨
PD 2 : Mi bella madre debe estar diciendo en este momento: “Alábate pollo que mañana te guisan” jajaja.

Comienza a escribir y presiona Enter para buscar

Carrito de Compras

No hay productos en el carrito.

ANANDA Human Design — Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la Política de Privacidad y los Términos de Servicio de Google.